lunes, 1 de enero de 2007

UN SUEÑO CON CHABOLAS

Tras la guerra civil, los primeros desarrollos franquistas de la ciudad provocaron la desapariciónde la cava de los gitanos de Triana. Muchos de los romanies que vivían allí tuvieron que buscarse otro alojamiento y crearon un poblado chabolista junto a las tapias del cementerio de San Fernando. El Vacie, el asentamiento chabolista más antiguo de Europa.
Nuestros gestores municipales, tan aficionados ellos a los records, deberían incluir éste de antiguedad chabolista entre sus logros.
Mientras haya familias en Sevilla que tengan que vivir entre ratas, sin agua corriente, en viviendas precarias donde se cuela el frio y la lluvia, entre desperdicios, cualquier gestión municipal de la vivienda habrá sido un fracaso.
En los años cincuenta del siglo pasado Franco visitó el Vacie, "invitado" por el Gobernador Civil de entonces. Los paladines periodísticos de la derechona sevillana siguen defendiendo con orgullo que Franco acabó con el asnetamiento, echando la culpa de un supuesto rebrote a los posteriores ayuntamientos democráticos. ES absolutamente falso. En la época franquista apenas se fomentó que se levantaran algunas viviendas de autoconstrucción en mampostería, pero el asentamiento siguió igual.
La población del Vacie siempre ha sido flotante. Han cambiado las generaciones. De las primeras familias que venían de Triana apenas queda el recuerdo de alguna abuela en el asentamiento. Las familias organizadas jerárquicamente en torno a hombres (o mujeres) de respeto desaparecieron hace tiempo y el sitio fue siendo ocupado sucesivamente por familias más reducidas, algunas con estructura de clan. Las tres mil viviendas sirvió en parte de refug precario a algunas familias del Vacie (en lo que era cambiar una miseria por otra) y al asentamiento llegaron otras, a menudo de Portugal o de otras ciudades. La gente del Vacie tiene una fuerte tendencia nómada. A menudo se quedan años allí pero tampoco vacilan en emigrar a Navarra, a la Rioja, a Córdoba, siguiendo temporadas agrícolas, ferias o demás.
En todo caso, el Vacie permanece. La miseria más atroz coexiste con la Sevilla de los rascacielos, los carriles bici y las bienales de arte moderno.
Los distintos Ayuntamientos han heho muy poco por el Vacie: apenas ayudar algo asistencialmente y desde luego nada por entender de verdad el barrio.
El problema del Vacie sólo se puede arreglar entendiendo el problema, sus orígenes y sus dinámicas. Más con voluntad que con dinero.
En estos momentos el desgobierno municipal está planeando algo sobre el Vacie. Van a presentarlo pronto, como un logro. El PSOE querría, seguramente, haberlo resuelto por el "Sistema Alfredo", o sea sobornando a las familias con millones de pesetas para que se vayan y dejen libre espacio a la especulación. Un bonito sistema de arruinarles las vidas que los socialistas usaron ya en perdigones y bermejales.
Afortunadamente, la presión de Izquierda Unida (¿unida?) parece que les ha llevado a "hacer un plan". Como con el carril bici, la jugada para el PSOE es genial: si sale bien, se apuntan ellos el tanto. Si no, se lo dejan a IU, los mamporreros oficiales.
Con más buena voluntad que capacidad técnica -como siempre- IU está pensando un plan. Si obviamos la estupidez de querer aplicar no sé qué técnicas cubanas, su planteamiento no ha sido del todo erróneo. Han querido contar con las organizaciones que trabajamos en el asentamiento, han intentado darle importancia. El papel de IU respecto al Vacie está siendo benéfico y voluntarioso lleno de buenas intenciones (por primera vez en la historia de la ciudad) pero ineficaz.
Proponen opciones que sólo pueden llevar a convertir el Vacie en un guetto. Desde vallar el recinto, hasta dotarlo de su propia escuela (¿para que los chavales del Vacie no puedan normalizarse integrados en otras escuelas?). Desde comprar a las ONG dándoles espacios en el asentamiento (ahi sale es estilo estalinista, que se les escapa) hasta instalar allí su propia comisaría (niño gitano, la policía es tu amigo). Una serie de despropósitos que aún tienen solución pero para ello deben olvidarse de las elecciones y trabajar despacio, en ilencio y pensando las cosas. Evidentemente, eso, respecto al desgobierno municipal de Sevilla siempre será demasiado pedir.