Los pazguatos, los meapilas, los ignorantes y los pobres de espírutu nos han invadido. Y acaban con nuestra ciudad. Sin darse cuenta, la "gente de orden" está hundiendo las bases sociales en las que se asienta con naturalidad cualquier grupo humano vivo. Los que se dicen conservadores son los que, a fin de cuentas, van camino de cargarse lo que quedaba de convivencia, de ciudad tradicional y auténtica.
Creen en el derecho como fuente única de todo. Huyen de cualquier espacio de autorregulación social. Huyen de que la gente por sí misma decida, se organice o tenga iniciativas.
No tienen memoria. Ni personal ni histórica y nos llevan a todos hacia una ciudad sin memoria, hacia una zona limpia, gris y vacia.
Quitaron el marcadillo de animales de la Alfalfa porque los viejos que iban allí a intyercambiar palomas no tenían licencias ni registros sanitarios ni cumplían con la burocracia y miles de normas dictadas desde arriba. Quitaron el marcadillo de la Alameda porque los que vendían no eran vendedores, sino gente que llevaba sus trastos viejos, y en su mentalidad nadie que no esté regsitrado en el registro de vendedores y sometido a mil normas debe poder vender o intercambiar nada.
Cerraron El tremendo, porque era un sitio donde generaciones de sevillanos se pasaban el dia con una cerveza en la mano charlando e intercambiando ideas: no tenían autorizados veladores, ni el bar -demasiado tradicional- cumplía con las normas de puertas y tamaños que ahora piden los que se empeñan en regularlo todo.
Anoche, un episodio más. La prohibición de la hoguera de la Alameda no es un ejemplo de la policía luchando contra los gamberros, sino un episodio más de esta lucha por que no haya espacios que se escapen del control y la regulación de cuatro meapilas.
El mejor ejemplo, una crónica indocumentada, rancia y pazguata publicada estos días por un tal José Luis Losa. Evidentemente, en el ABC, que se viste de rancio pero con la excusa de criticar al Ayuntamiento sirve de azote a lo poco que va quedando de ciudad habitada y habitable:
"La Alameda de Hércules sigue siendo foco de tensíón permanente entre quienes pretenden mantenerlo como «territorio comanche» -tras muchos años como zona de prostitución y droga- y los que pretenden normalizarla o, al menos, que se cumpla la Ley en el recinto".
Empieza bien el chico. Contra los territorios comanche donde la gente hace lo que quiere. hace falta, dice el tío, poner normas, normalizar. Claro que un sujeto que llama "recinto" a un espacio público es evidente que no cree en la calle como un,lugar abierto ni en la gente como una sociedad. Pobrecito.
Y sigue:
"fue un grupo de jóvenes que permanecía frente a la Casa de las Sirenas el que decidió a las 12 de la noche montar una fogata no autorizada"
Las fogatas, señores y señoras, han de ser autorizadas. Urge que se dicte una ordenanza de fogatas, que se abra un registro de fogateros y que se pidan autorizaciones con las debidas pólizas y por triplicado antes de encender un fuego.
Más:
"Los jóvenes tenían intención de repetir la celebración del pasado año -aún con la Alameda sin abrir-, en la que pasaron la noche cantando, bailando, bebiendo y saltando sobre el fuego, como se puede comprobar en un video que han colgado en internet".
Este pobre indocumentado, recién converso a la cofradía de los que quieren unificarlo todo, de los que machacan lo poco que va quedando de ciudad, no conoce la tradición de las hogueras en la alameda. No es tan antigua como la semana santa o el mercadillo de el jueves, pero hace más de una docena de años que se viene celebrando. No recuerdo exactamente cuándo empezó a hacerse pero sí me consta que hace doce años que yo suelo asistir a la hoguera. Siempre es espontánea, siempre hay gente que ha acumulado palés y trastos y los traen. Jamás ha habido un incidente. Y no es cosa de jipis sucios: alrededor de la hoguera suele concentrarse todo tipo de gente, de gente que está en la calle y quiere pasar un rato quemando papelitos con los malos recuerdos a olvidar o riendose o saltando. Parece ser que el redactor indocumentado ha hablado con algún vecino que se quejaba. Desde luego no conoce la opinión d elos vecinos. De mí mismo, que nací en la Alameda y allí vivo.
El ABC le echa la culpa al Ayuntamiento, en concreto a Izquierda Unida. Lo hace para terminar de hundirnos a los ciudadanos, está claro.
Lo que le falta a Izquierda Unida, en especial a algunos advenedizos comunistas fachas de los muchos colocados en el Ayuntamiento, es que les den excusas. Primero lo ignorarán, dirán que no ha sucedido. Si lo protesta crece dirán que quieren proteger a los jóvenes apaleados y...para el año que viene la hoguera la organizará, en un recinto debidamente equipado, la Delegación de Juventud y Deportes, la inagurará Lolo Silva y contará con un escenario con cantantes de moda. Lo pagarán con los presupuestos participativos y así se habrá conseguido el propósito inicial: robarnos otro espacio de participación, otra iniciativa social que se escapa al control de los de siempre.
Ladrones cutres y pazguatos.
Creen en el derecho como fuente única de todo. Huyen de cualquier espacio de autorregulación social. Huyen de que la gente por sí misma decida, se organice o tenga iniciativas.
No tienen memoria. Ni personal ni histórica y nos llevan a todos hacia una ciudad sin memoria, hacia una zona limpia, gris y vacia.
Quitaron el marcadillo de animales de la Alfalfa porque los viejos que iban allí a intyercambiar palomas no tenían licencias ni registros sanitarios ni cumplían con la burocracia y miles de normas dictadas desde arriba. Quitaron el marcadillo de la Alameda porque los que vendían no eran vendedores, sino gente que llevaba sus trastos viejos, y en su mentalidad nadie que no esté regsitrado en el registro de vendedores y sometido a mil normas debe poder vender o intercambiar nada.
Cerraron El tremendo, porque era un sitio donde generaciones de sevillanos se pasaban el dia con una cerveza en la mano charlando e intercambiando ideas: no tenían autorizados veladores, ni el bar -demasiado tradicional- cumplía con las normas de puertas y tamaños que ahora piden los que se empeñan en regularlo todo.
Anoche, un episodio más. La prohibición de la hoguera de la Alameda no es un ejemplo de la policía luchando contra los gamberros, sino un episodio más de esta lucha por que no haya espacios que se escapen del control y la regulación de cuatro meapilas.
El mejor ejemplo, una crónica indocumentada, rancia y pazguata publicada estos días por un tal José Luis Losa. Evidentemente, en el ABC, que se viste de rancio pero con la excusa de criticar al Ayuntamiento sirve de azote a lo poco que va quedando de ciudad habitada y habitable:
"La Alameda de Hércules sigue siendo foco de tensíón permanente entre quienes pretenden mantenerlo como «territorio comanche» -tras muchos años como zona de prostitución y droga- y los que pretenden normalizarla o, al menos, que se cumpla la Ley en el recinto".
Empieza bien el chico. Contra los territorios comanche donde la gente hace lo que quiere. hace falta, dice el tío, poner normas, normalizar. Claro que un sujeto que llama "recinto" a un espacio público es evidente que no cree en la calle como un,lugar abierto ni en la gente como una sociedad. Pobrecito.
Y sigue:
"fue un grupo de jóvenes que permanecía frente a la Casa de las Sirenas el que decidió a las 12 de la noche montar una fogata no autorizada"
Las fogatas, señores y señoras, han de ser autorizadas. Urge que se dicte una ordenanza de fogatas, que se abra un registro de fogateros y que se pidan autorizaciones con las debidas pólizas y por triplicado antes de encender un fuego.
Más:
"Los jóvenes tenían intención de repetir la celebración del pasado año -aún con la Alameda sin abrir-, en la que pasaron la noche cantando, bailando, bebiendo y saltando sobre el fuego, como se puede comprobar en un video que han colgado en internet".
Este pobre indocumentado, recién converso a la cofradía de los que quieren unificarlo todo, de los que machacan lo poco que va quedando de ciudad, no conoce la tradición de las hogueras en la alameda. No es tan antigua como la semana santa o el mercadillo de el jueves, pero hace más de una docena de años que se viene celebrando. No recuerdo exactamente cuándo empezó a hacerse pero sí me consta que hace doce años que yo suelo asistir a la hoguera. Siempre es espontánea, siempre hay gente que ha acumulado palés y trastos y los traen. Jamás ha habido un incidente. Y no es cosa de jipis sucios: alrededor de la hoguera suele concentrarse todo tipo de gente, de gente que está en la calle y quiere pasar un rato quemando papelitos con los malos recuerdos a olvidar o riendose o saltando. Parece ser que el redactor indocumentado ha hablado con algún vecino que se quejaba. Desde luego no conoce la opinión d elos vecinos. De mí mismo, que nací en la Alameda y allí vivo.
El ABC le echa la culpa al Ayuntamiento, en concreto a Izquierda Unida. Lo hace para terminar de hundirnos a los ciudadanos, está claro.
Lo que le falta a Izquierda Unida, en especial a algunos advenedizos comunistas fachas de los muchos colocados en el Ayuntamiento, es que les den excusas. Primero lo ignorarán, dirán que no ha sucedido. Si lo protesta crece dirán que quieren proteger a los jóvenes apaleados y...para el año que viene la hoguera la organizará, en un recinto debidamente equipado, la Delegación de Juventud y Deportes, la inagurará Lolo Silva y contará con un escenario con cantantes de moda. Lo pagarán con los presupuestos participativos y así se habrá conseguido el propósito inicial: robarnos otro espacio de participación, otra iniciativa social que se escapa al control de los de siempre.
Ladrones cutres y pazguatos.
