jueves, 10 de enero de 2008

SIN VERGÜENZA

A Ana Gómez se le debería caer la cara de vergüenza.
Ana Gómez es Delegada de Bienestar Social del Ayuntamiento de Sevilla. Del "gobierno de progreso" para la ciudad de Sevilla. Con motivo del 116 cumpleaños de María, una anciana del Vacie, su familia ha aprovechado para pedir una vivienda digna; para pedir que se les ayude a dejar la chabola en la que viven.
A propósito, según EFE, doña Ana Gómez no ha querido omitir que tiene la posibilidad de acceder a una residencia 'donde le darían los cuidados que necesita la anciana' pero que la 'familia se niega' ante lo que el Ayuntamiento no puede hacer nada y que la opción que solicita la familia - que le concedan una casa para vivir todos - resulta complicada, ya que las casas no se otorgan 'sacando una varita mágica y llevando a María a un piso'. La delegada de Bienestar social finalizó diciendo que, según datos municipales, la familia de María llegó al asentamiento chabolista de El Vacie 'en 1996 y no antes', que se han beneficiado de 'numerosas ayudas' así como que han recibido ayuda para presentar los papeles para acceder a la Ley de Dependencia y no lo han hecho aún.
Si yo fuera Concejal del Ayuntamiento de Sevilla se me caería la cara de vergüenza por que siga existiendo el asentamiento de El Vacie. El poblado chabolista más antiguo de Europa.
Si yo fuera, además, Delegado de Bienestar Social se me caería la cara de vergüenza por no haber resuelto el problema en el tiempo que llevo en el cargo.
Pero si además de todo eso me atreviera a ir a los medios de comunicación intentando desprestigiar a una familia (¿y qué, si se han beneficiado de las ayudas a que tenían derecho? ¿y qué si no quieren abandonar a sus abuelos en un asilo? ¿pierden sus derchos por eso?) o justificando como lo más normal del mundo que sigan existiendo las chabolas del Vacie pediría yo mismo mi dimisión inmediata.
Por favor, la vivienda digna y en condiciones mínimas de habitabilidad no es un privilegio, sino un derecho humano básico. La gente que vive en el Vacie no está pidiendo que la señora Delegada les haga un favor, sino que le están exigiendo un derecho que, como responsable pública está obligada a facilitarles. Por decencia, por respeto a la dignidad de las personas, por una mínima coherencia política, cuando alguien del Vacie pida una casa la Delegada debe callarse y morirse de vergüenza en vez de atacar a quienes viven en la miseria; parece que la culpa de la pésima gestión social del Ayuntamiento la tuvieran los pobres, por quejarse.