Ana Gómez es Delegada de Bienestar Social del Ayuntamiento de Sevilla. Del "gobierno de progreso" para la ciudad de Sevilla. Con motivo del 116 cumpleaños de María, una anciana del Vacie, su familia ha aprovechado para pedir una vivienda digna; para pedir que se les ayude a dejar la chabola en la que viven.

Si yo fuera Concejal del Ayuntamiento de Sevilla se me caería la cara de vergüenza por que siga existiendo el asentamiento de El Vacie. El poblado chabolista más antiguo de Europa.
Si yo fuera, además, Delegado de Bienestar Social se me caería la cara de vergüenza por no haber resuelto el problema en el tiempo que llevo en el cargo.
Pero si además de todo eso me atreviera a ir a los medios de comunicación intentando desprestigiar a una familia (¿y qué, si se han beneficiado de las ayudas a que tenían derecho? ¿y qué si no quieren abandonar a sus abuelos en un asilo? ¿pierden sus derchos por eso?) o justificando como lo más normal del mundo que sigan existiendo las chabolas del Vacie pediría yo mismo mi dimisión inmediata.
Por favor, la vivienda digna y en condiciones mínimas de habitabilidad no es un privilegio, sino un derecho humano básico. La gente que vive en el Vacie no está pidiendo que la señora Delegada les haga un favor, sino que le están exigiendo un derecho que, como responsable pública está obligada a facilitarles. Por decencia, por respeto a la dignidad de las personas, por una mínima coherencia política, cuando alguien del Vacie pida una casa la Delegada debe callarse y morirse de vergüenza en vez de atacar a quienes viven en la miseria; parece que la culpa de la pésima gestión social del Ayuntamiento la tuvieran los pobres, por quejarse.